Soy trabajadora del antiguo Centro de Transfusión de Cruz Roja
Española en Madrid, actualmente convertido en Unidad de Extracción de Sangre de
Cruz Roja Española, en virtud de un Convenio firmado con la Comunidad de Madrid
en diciembre del 2013.
Me he decidido a escribir estas líneas porque ya no puedo mantenerme más tiempo callada. Mi indignación no me permite el silencio como defensa de la brutal injusticia que se está cometiendo contra Cruz Roja, contra su Unidad de Extracción de Sangre, contra los 150 trabajadores que día a día tenemos que enfrentarnos a todas las falsedades que se vierten sobre nosotros. Que tenemos que hacer nuestro trabajo a pesar de proposiciones injustas de Ayuntamientos supuestamente progresistas que de manera insensata y con una ingente cantidad de sectarismo nos impiden trasladar las Unidades Móviles de donación de sangre a sus municipios o nos obligan a pagar una tasa por aparcamiento en Vía Pública, con la única intención de trasladar la polémica partidista política a una acción social de gran calado como es la donación de sangre. Todo ello en aras de la “defensa de la sanidad pública”. Obvian en esos acuerdos plenarios que Cruz Roja no es una empresa privada con intereses privados, sino una Institución Humanitaria que se mueve únicamente para ayudar a los poderes públicos y por el interés público, cómo lo hacen muchas otras Organizaciones No Gubernamentales, cuyas acciones sobre el terreno también se realizan a través de la firma de convenios de colaboración con las Administraciones Públicas.
Me he decidido a escribir estas líneas porque ya no puedo mantenerme más tiempo callada. Mi indignación no me permite el silencio como defensa de la brutal injusticia que se está cometiendo contra Cruz Roja, contra su Unidad de Extracción de Sangre, contra los 150 trabajadores que día a día tenemos que enfrentarnos a todas las falsedades que se vierten sobre nosotros. Que tenemos que hacer nuestro trabajo a pesar de proposiciones injustas de Ayuntamientos supuestamente progresistas que de manera insensata y con una ingente cantidad de sectarismo nos impiden trasladar las Unidades Móviles de donación de sangre a sus municipios o nos obligan a pagar una tasa por aparcamiento en Vía Pública, con la única intención de trasladar la polémica partidista política a una acción social de gran calado como es la donación de sangre. Todo ello en aras de la “defensa de la sanidad pública”. Obvian en esos acuerdos plenarios que Cruz Roja no es una empresa privada con intereses privados, sino una Institución Humanitaria que se mueve únicamente para ayudar a los poderes públicos y por el interés público, cómo lo hacen muchas otras Organizaciones No Gubernamentales, cuyas acciones sobre el terreno también se realizan a través de la firma de convenios de colaboración con las Administraciones Públicas.
Me subleva el mensaje transmitido hasta la saciedad por los
trabajadores del Centro de Transfusión que forman la Asociación en Defensa del
Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid (ADECETMA) y que
desgraciadamente ha calado en una parte de la población. Es tan fácil levantar
banderas en aras de lo que todos queremos defender. Abrazando el lema de la
“defensa de la sanidad pública” y al albur de la Marea Blanca, Adecetma se
subió a la cresta de su ola para hacer llegar el mensaje de que lo que se
estaba produciendo era también una privatización. Nada más lejos de la
realidad, se lo aseguro. Le puedo decir que nunca la hemodonación en Madrid ha
sido más pública que ahora.
En líneas generales y gracias al 15M, afortunadamente estamos en
un momento histórico en el que la conciencia de las personas es mucho más
sensible con la defensa de nuestros derechos. Algo que es verdaderamente
necesario para que la sociedad avance es no caer en la conformidad y mantener
una actitud crítica ante los problemas que de verdad interesan y sobre todo que
son de justicia social. Pero si no tomamos conciencia y tratamos de tener
información desde todos los puntos de vista posible, también nos hacemos más
proclives a juicios de valor basados en manipulaciones mediáticas y políticas
vertidas en base a diferentes intereses partidistas.
La realidad que enmarca el proceso en el que nos encontramos en
Madrid en materia de hemodonación no es sencilla de explicar. Es importante que
comprendan que el debate no puede simplificarse con la dicotomía “sanidad
pública o privada”. No es la defensa de uno u otro modelo sanitario lo que
puede explicar esta cuestión.
No podemos contextualizar el presente sin comprender el pasado.
Así que para poder comprender la situación actual y valorar la actuación de
Cruz Roja en este campo, no me queda más remedio que hacer un poco de Historia.
El Centro de Transfusión de Cruz Roja se fundó en 1960 y fue
pionero en la donación altruista y voluntaria en España, que por aquel entonces
era remunerada. El Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid se creó en
el año 1988 a través del Decreto 44/1988, de 6 de mayo, dotándole de la
competencia exclusiva en planificación y programación de la hemodonación en el
ámbito de la Comunidad de Madrid. A raíz de este Decreto, las funciones y el
personal del Instituto de Hematología y Hemoterapia que operaba en Madrid
encargado de la donación de sangre, queda integrado en el CTCM. El
personal de la Hermandad de Donantes de Sangre, encargado de la promoción de la
donación de sangre también queda integrado en el CTCM. Desconozco los motivos
por los que no se tomó ninguna decisión al respecto con el personal y las
funciones que el Centro de Transfusión de Cruz Roja venía ejerciendo desde 1960
pero resulta evidente que ese hubiera sido el mejor momento para realizar una
integración y que hubiera existido un solo centro de transfusión en Madrid. Sin
embargo, desde entonces ha habido dos redes funcionando en paralelo para las
donaciones de sangre en la Comunidad de Madrid. Una, la del Centro de
Transfusión de la Comunidad de Madrid, de gestión pública, que recogía sangre,
la procesaba y la distribuía a los hospitales públicos y otra la de Cruz Roja,
Institución Humanitaria sin ánimo de lucro, que recogía sangre, la procesaba y
era proveedor, por una parte, de los hospitales privados y, por otro, de los
Hospitales Públicos. Por esta distribución de sangre a los Hospitales Públicos,
la Comunidad de Madrid también pagaba entonces a Cruz Roja una contraprestación
económica publicada oficialmente en el BOCAM y que servía para recuperar
costes. Por tanto, convivían DOS Centros de Transfusión en Madrid, creándose
así duplicidades en todo el proceso.
Esta situación, que puede considerarse anómala en España, con
dos Centros de Transfusión, dos laboratorios de procesamiento de la sangre, dos
laboratorios de serología infecciosa, con el reparto de la sangre de manera
dividida entre hospitales públicos y privados, con el manejo de dos bases de
datos de donantes y con el reparto de las colectas entre los dos Centros en
todo el territorio de la Comunidad de Madrid, debería haberse corregido mucho
antes, desde la misma creación del Centro de Transfusión de la Comunidad de
Madrid.
Llevo 16 años trabajando aquí y desde que entré llevo escuchando
que en algún momento el gobierno de la Comunidad se sentaría con Cruz Roja para
ver la manera de hacerlo. Pero la situación era compleja y ningún gobierno
hasta el momento había querido asumir esa responsabilidad. Por supuesto, que el
acuerdo al que se ha llegado con la firma del Convenio entre Cruz Roja y la
Comunidad de Madrid viene dado por una forma de hacer política afín a los
ideales del partido que gobierna en la Comunidad de Madrid, con la que podemos
o no estar de acuerdo. Por tanto, también es cierto que desde el año 1988 se
podría haber tomado otra decisión para dar solución a tal duplicidad. Igual que
ahora se ha decidido realizar una distribución de tareas, también podría haber
sucedido que el Centro de Cruz Roja, con todo el personal cualificado que tiene
como valor añadido se integrara en el Centro de Transfusión de la Comunidad de
Madrid. Pero la realidad, es que ningún gobierno progresista ni conservador
adoptó ninguna decisión entre sus líneas políticas estratégicas para dar solución
a este tema y miraron para otro lado.
A raíz de la firma del Convenio en el año 2013, el Centro de
Transfusión de Cruz Roja española DESAPARECE como tal desde el 1 de enero de
2015 y el CENTRO DE TRANSFUSIÓN PÚBLICO DE LA COMUNIDAD DE MADRID pasa a ser el
único que PROCESA Y DISTRIBUYE TODA LA SANGRE recogida de los extraordinarios
donantes que tiene esta Comunidad. Como consecuencia de ello, Cruz Roja se ha
visto obligada a CERRAR SU LABORATORIO DE FRACCIONAMIENTO, A CERRAR SU
LABORATORIO DE SEROLOGÍA INFECCIOSA Y A ABANDONAR LA DISTRIBUCIÓN DE SANGRE A
LOS HOSPITALES PRIVADOS Y PÚBLICOS COMO VENÍA HACIENDO DESDE HACE MUCHISIMOS
AÑOS. A pesar de este cierre, Cruz Roja ha respetado los puestos de
trabajo de los 150 trabajadores, a excepción de la Jefa de Área de Serología
Infecciosa que fue despedida al no tener cabida en ningún departamento. En la
actualidad, por tanto, nuestro único cometido es seguir haciendo una de las
labores que veníamos haciendo desde el año 1960, que no es otra cosa que la
promoción de la donación de sangre y la extracción extrahospitalaria. Queda
demostrado por tanto, que no hemos aparecido de la nada para quitarle a nadie
su cometido, sino que ya nos dedicábamos a esta gratificante tarea mucho antes
de la existencia del Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid, y que por
ello, cualquier decisión que se tome respecto a una fusión de los dos Centros o
un reparto de tareas, como al final ha sido el caso, se ha de tomar contando
con nosotros. No se puede y no se debe despreciar nuestros puestos de trabajo
especializados y con gran experiencia en materia de promoción y atención al
donante de sangre. De otro modo, sería completamente injusto y espero que todo
el mundo así lo entienda.
Desde el año 2013 he tenido que escuchar o leer mentiras como
que los que trabajamos aquí somos voluntarios o que el coste humano de este
proceso lo ha asumido plenamente la Comunidad de Madrid. Me resulta muy
doloroso que nadie, ningún medio de comunicación, ningún sindicato, ningún
partido político, ningún movimiento social se haya parado a pensar qué ha
sucedido con todo el personal sanitario de los laboratorios que han cerrado en
Cruz Roja. Que nadie haya salido en nuestra defensa, como si existieran
trabajadores de primera o de segunda. Pues digo bien alto que el coste humano
de este proceso está siendo soportado por la Comunidad de Madrid reubicando al
personal afectado y por CRUZ ROJA, reubicando también al personal afectado. La
sustancial y gran diferencia entre ellos y nosotros es que ellos tienen su
puesto de trabajo asegurado.
Respecto a los trabajadores de ADECETMA no pretendo
incomodarlos, ni muchísimo menos, pero en mi humilde opinión, lo que de verdad
les ha movido a desprestigiar la labor de Cruz Roja estriba en el malestar que
surge por tener que ser trasladados a otros centros sanitarios de la Comunidad,
y no, como dicen, en defender la Sanidad Pública. Si no, no puede explicarse
que no hayan dicho nada ni hayan alentado a la opinión pública por el hecho que
desde abril de 2013 parte de la donación de sangre se haya privatizado de
verdad a través del convenio de colaboración que la Comunidad de Madrid
firmó con el grupo de hospitales privados Madrid que engloban al Hospital
Madrid Puerta del Sur, Hospital Madrid Montepríncipe, Hospital Madrid San
Chinarro y Hospital Madrid Torrelodones.
El Grupo Madrid de Hospitales se convirtió también en Unidad de
Extracción de Sangre para Donación con la firma de un Convenio con la Comunidad
de Madrid, y realizan las funciones de promoción y donación de sangre en
Unidades Móviles y en puntos fijos de sus hospitales, recibiendo también del
Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid una contraprestación económica
por la sangre recogida y enviada allí. La diferencia entre esa Unidad de
Extracción y la nuestra es que ellos NUNCA con anterioridad a la firma de ese
Convenio habían estado gestionando nada en materia de donación de sangre y
nosotros ya habéis visto nuestra probada experiencia.
Todavía no he escuchado ni leído nada en su contra, ni por parte
de ADECETMA ni por parte de los medios de comunicación que se han hecho eco de
las opiniones de éstos para llenar titulares y artículos en consonancia con su
línea editorial. Me pregunto por qué y la respuesta es muy clara: Ese convenio,
a pesar de privatizar de verdad una parte de la donación de sangre, no
significó ninguna modificación laboral para ninguno de los trabajadores del
Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid. Entiendo que es sólo por eso
por lo que a día de hoy no hay ninguna voz que se alce para denunciar que eso
sí supone una verdadera privatización.
Defiendo la sanidad pública y cualquier otro servicio público,
nadie que me conozca sabe que soy sospechosa de lo contrario. Yo también me he
indignado y manifestado junto a la marea blanca y mucho antes de su creación,
cuando Juan José Güemes, siendo Consejero de Sanidad anunció en el 2008 la
famosa “oportunidad de negocio” de la Sanidad ofertando la construcción y la
gestión privada de hospitales públicos a Constructoras y demás empresarios.
Recuerdo que en el acto de concentración en contra no éramos más de 200
personas. Motivos más que suficientes hay para salir a la calle cada día y
pedir explicaciones a nuestros gobernantes sobre las derivaciones y demás
cuestiones que están perjudicando de verdad a la Sanidad.
No es el caso que nos atañe. Como he dicho anteriormente, la
hemodonación en Madrid es más pública que nunca y la realidad de los 150
trabajadores que con ilusión salimos cada día, haciendo de hilo conductor entre
el donante y el paciente para que la sangre sirva para salvar vidas, se vería
realmente afectada si no pudiéramos trabajar en esta Unidad de Extracción de
Sangre de Cruz Roja.
Me gustaría saber si todas aquellas personas que están en contra
de este Convenio, si los ediles de los Ayuntamientos que nos boicotean, si los
miembros de ADECTEMA se han parado a pensar en la responsabilidad que tienen si
al final la Comunidad de Madrid decidiera cancelar este Acuerdo y como
consecuencia de ello, la situación laboral de los 150 trabajadores que
conformamos esta Unidad de Extracción de Sangre de Cruz Roja se viera
comprometida.
Creo en Cruz Roja, en su ingente labor en defensa de los más
necesitados, dando siempre soporte a los poderes públicos donde más lo
necesitan. Es completamente injusto que digan que Cruz Roja vende la sangre
para tratar de boicotear un Acuerdo legítimamente establecido. Cruz Roja no
vende nada. Cruz Roja realiza un servicio para la Comunidad de Madrid, cuyos
gastos están sufragados en parte por esta Comunidad. Ni más ni menos. Nosotros
no somos voluntarios, somos trabajadores que cobramos una nómina. La actividad
en si misma genera unos gastos.
Desde la misma firma del Convenio, en diciembre del año 2013
venimos sufriendo un acoso constante, acusándonos de representar una
privatización de un servicio público y de vender la sangre. La campaña de
descrédito se desarrolla por diferentes ámbitos de la comunicación. Nuestra
actividad diaria se ve afectada sobremanera: se increpa al personal de Cruz
Roja cuando realizan las campañas; se hace campaña en contra nuestra,
boicoteando nuestros carteles, y las señales de reserva de espacio, además de
impedirnos el acceso a determinadas empresas. En ocasiones ha habido personas
que acuden a nuestras campañas de donación para pedir a los donantes que no
suban a las Unidades Móviles de donación y ahora se nos niega la posibilidad de
aparcar nuestras Unidades Móviles en vía pública en municipios como San
Fernando de Henares, Velilla de San Antonio, Torres de la Alameda, y Mejorada
del campo o nos obligan a pagar una tasa en municipios como Coslada,
equiparando nuestra labor a cualquier actividad comercial, alegando defender la
sanidad pública y negándose a comprender el problema de fondo del que estamos
hablando. Nunca he visto tanta demagogia.
Y a pesar de esta agresiva campaña de desprestigio, salimos cada
día a la calle con nuestras Unidades Móviles tratando que el desánimo no afecte
a nuestro trabajo diario y trabajando con denodado esfuerzo para conseguir
cuantos más donantes de sangre mejor.
Los miembros de ADECETMA que a día de hoy todavía continúan
haciendo daño a este proceso hablan en defensa del Centro de Transfusión de la
Comunidad, como si éste estuviera en peligro, cuando nunca en su historia había
sido más público, ya que procesa y distribuye a todos los hospitales, públicos
y privados toda la sangre que se recoge en Madrid. En mi opinión lo que
realmente está en peligro es el trabajo de 150 trabajadores de Cruz Roja, pero
sobre todo y por encima de todo la máxima perjudicada es LA DONACIÓN DE SANGRE
y como última instancia EL PACIENTE que la necesita, puesto que como
consecuencia de esta operación de desprestigio hemos visto descender
preocupantemente las donaciones de sangre.
Así, elevo mi voz en defensa de nuestro trabajo y sobre todo en
defensa la “Donación de Sangre” en nuestra Comunidad. Tanta mentira y
manipulación mediática de lo acontecido ha hecho que muchos donantes dejen de
acudir a realizar su donación de sangre habitual, porque por mucho que se les
diga que vayan a su hospital a donar, no lo hacen o lo hacen con mucha menos
frecuencia que cuando lo hacían en la Unidad Móvil de su barrio o de su
empresa.
La exquisita delicadeza que hay que tener ante la generosidad y
el altruismo que envuelve el acto de la donación de sangre, hace que lanzar
mensajes como que “Cruz Roja vende la sangre” sea de una insensatez sin
precedentes. Es no entender la sensibilidad de los donantes de sangre.
Demuestra que los trabajadores de ADECETMA que han estado arrojando tanta confusión
entre la comunidad de donantes de sangre no comprenden, ni quieren, ni creen en
un gesto tan frágil y tan importante como es la donación de sangre. Es no saber
dónde están, ni cuál es su trabajo. Y soy consciente de que estas acusaciones
pueden incomodar al el personal del Centro de Transfusión de la Comunidad de
Madrid (CTCM) y lo siento de verdad, pero mi indignación no me permite verlo de
otra manera. Por supuesto que no pretendo generalizar ni quiero que se me
malinterprete: quiero destacar también la gran valía de muchos profesionales
del CTCM que trabajan duro día a día para sacar adelante este difícil proceso.
Estas palabras pretenden humildemente poner de manifiesto las
injusticias que veo día a día respecto a lo que se dice de nosotros como trabajadores
y además difundir la otra verdad, la otra cara de la moneda para que la opinión
pública tenga la oportunidad de hacerse un juicio verdadero sobre lo que está
pasando. Simplemente pretendo ser una voz más que exprese por escrito lo que
mis compañeros en las Unidades Móviles están cansados de repetir una y otra vez
a los donantes de sangre que están confusos con las informaciones que hay en
carteles y redes sociales sobre nosotros y que muy a menudo tienen que
enfrentarse con gran profesionalidad a situaciones hostiles, incluso a insultos
por el sólo hecho de realizar su trabajo.
Espero que este mensaje sea bien entendido por la Comunidad de
donantes de sangre, por los responsables de los Ayuntamientos que nos niegan el
poder acercar la donación de sangre a sus vecinos, por los Sindicatos, por los
Partidos Políticos, por los Medios de Comunicación y por todos aquellos que en
estos dos años no han hecho otra cosa que boicotear indecentemente nuestro
trabajo, perjudicando gravemente a la donación de sangre en Madrid.
Animo desde aquí a mis compañeros a unirse en esta lucha por
nuestro trabajo.
No puedo estar más de acuerdo. Espero que este escrito sirva para algo.
ResponderEliminarMuchas gracias por difundir este punto de vista "no oficial", resulta realmente esclarecedor. ÁNIMO Y A LUCHAR POR LA VERDAD Y LOS PUESTOS DE TRABAJO.
ResponderEliminarEn primer lugar, me gustaría darte la enhorabuena por este blog. No soy profesional sanitario, sino un simple donante desde hace 20 años, y, sin tener una posición definida sobre este tema, agradezco enormemente la posibilidad de leer otro punto de vista al que habitualmente se ha difundido (la Comunidad de Madrid vende nuestra sangre, etc.). Hace un par de años, los trabajadores de la Sanidad Pública madrileña que venían a mi centro de trabajo a realizar las extracciones nos informaban del proceso de concesión a Cruz Roja y nos recomendaban no donar en los autobuses a partir de entonces. Muchos de mis compañeros decidieron no hacerlo y yo siempre mantuve algunas dudas al respecto. ¿No es acaso Cruz Roja una ONG sin ánimo de lucro? ¿Por qué se habla entonces de "lucrarse con nuestra sangre"? ¿Es justo boicotear a una ONG -con trabajadores- para defender a los trabajadores públicos? ¿No merecen defensa los trabajadores de la ONG? Insisto en que no tengo una idea clara al respecto, pero la versión "oficial" me resultaba muy incompleta y este blog me ayuda a conocer la cuestión desde otro punto de vista. De hecho, me gustaría que desde Cruz Roja realizasen una labor de comunicación y divulgación para defender su actividad en la donación de sangre.
ResponderEliminarDesde aquí te animo a continuar con las entradas y a defender con argumentos tu verdad sobre este asunto.
Estimado lector, le agradezco de todo corazón su comentario. Resulta tan difícil hacerse hueco entre tanto boicoteo y manipulación de una realidad tan sencilla de comprender para los que llevamos tantos años trabajando aquí. Realmente me anima a continuar luchando porque la verdad salga a la luz entre tanto interés mediático y de otra índole que no llego a comprender. Un interés desconcertante por desprestigiar nuestra labor que llevamos haciendo con tanta profesionalidad durante tantos años. A su comentario de que Cruz Roja realice una labor de comunicación, le diré que me consta que está intentando hacerse hueco en los medios de comunicación para contar la verdad sobre el asunto que nos ocupa pero que los medios de comunicación, por desgracia, atienden a su línea editorial y siempre y cuando no encaje en ella lo que cuentas, deforman la información a su antojo y la utilizan para dar más veracidad a su manipulación mediática.
EliminarGracias de nuevo por leerme y comunicarme que al menos le ha resultado un poco esclarecedor.
Me incluyo como una de esas personas engañadas que, afortunadamente, ha llegado a parar hasta aquí y leído este escrito. Solo puedo dar las gracias y asegurar que, en la medida de lo posible, voy a contribuir para que esto se conozca. A día de hoy estamos a merced de los "titulares manipulados" y slogans partidistas; es una pena no poder confiar ni en la gran mayoría d elos medios de comunicación y tener que esforzarse en buscar la información real para contrastarla, pero lo cierto es que hay que hacerlo. Gracias y mucho ánimo. La mentira hace daño y es amarga pero termina por salir al descubierto. Enhorabuena por el empeño y trabajo puesto en este escrito.
EliminarUn saludo