jueves, 12 de mayo de 2016

Desmontando los falsos argumentos de las mociones aprobadas en los Ayuntamientos que nos prohíben estacionar en sus Municipios


He encontrado en la página web de SOMOS VELILLA la moción presentada y aprobada en el Pleno del Ayuntamiento sobre la cesión a cruz roja de la gestión de las donaciones de sangre y por la cual han vetado el estacionamiento de nuestras Unidades Móviles de donación de sangre.

De las palabras en esa Moción reflejadas sólo puedo extraer una buena dosis de irresponsabilidad. No profundizan en nada de lo que exponen y denotan no haberse documentado antes de su exposición. Proponen una moción sin fundamentos sobre los que asentarse que tiene como consecuencia una decisión tomada a la ligera. Por tanto, en mi opinión, se trata de una maniobra sostenida con argumentos falsos en unos casos, y dudosos en otros, para conseguir una vez más convertir un bien social y común, como es la donación de sangre, en una artimaña para hacer política. Por supuesto estoy de acuerdo en que dependiendo de la política que se aplique, tendremos uno u otro modelo de sociedad y por ende uno u otro modelo sanitario, pero INSISTO UNA VEZ MÁS que el tema de la donación de sangre en Madrid es muy complejo y no debe explicarse con la sencilla polaridad entre sanidad pública o privada.

PROPONGO QUE SE CONVOQUEN DE NUEVO LAS ASAMBLEAS VECINALES DE ESTOS AYUNTAMIENTOS Y QUE LES DEN LA INFORMACIÓN INDICADA EN ESTE BLOG PARA CADA UNO DE LOS PUNTOS EXPUESTOS EN DICHA MOCIÓN. ÁSÍ, TENDRÁN LA OPORTUNIDAD DE DECIDIR DEMOCRÁTICAMENTE Y NO DE MANERA SESGADA. 

Voy a ir analizando cada uno de los párrafos y a continuación sostendré los argumentos en que me baso para mantener que están equivocados.

El texto de la moción irá en cursiva y mis argumentos se explicarán nada más terminar cada uno de los párrafos.

“El grupo municipal SOMOS VELILLA por mandato de la Asamblea Vecinal a sus cuatro concejales presentes en este pleno, presenta para su aprobación la presente moción.

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

El Gobierno de la Comunidad de Madrid oficializó el 19 de diciembre de 2013 la cesión a Cruz Roja de la gestión de las donaciones de sangre en la calle. Esta decisión ha provocado dudas y sombras sobre un proceso, el de la donación de sangre, que está definido por ley como “altruista y desinteresado”.

Cuando dice “la cesión a Cruz Roja de la gestión de las donaciones de sangre en la calle” omite interesadamente que a su vez Cruz Roja cedió la actividad de los laboratorios de fraccionamiento, de serología, y de técnicas especiales, así como la distribución a los hospitales privados y parte de los hospitales públicos.

El entrecomillado de “altruista y desinteresado” acusa subliminalmente a Cruz Roja de tener intereses alejados de esos dos adjetivos. Que la donación de sangre esté definida por ley como altruista y desinteresada quiere decir que en la actualidad ese acto no es remunerado. Fue en el año 1985 mediante el Real Decreto 1945/1985 del 9 de Octubre, cuando la donación pasa de ser remunerada a voluntaria y altruista. Quiero recordar que el Centro de Transfusión de Cruz Roja se fundó en 1960 y ya se creó con ese espíritu pues sólo recogía sangre a personas que lo quisieran hacer de manera totalmente desinteresada. Fue pionero en la donación de sangre no remunerada, a pesar de no ser obligatorio por Ley.

Esto no implica que el proceso en sí mismo no tenga unos costes. Para Cruz Roja, éstos podemos descifrarlos en costes de personal (médicos, enfermeros, técnicos de laboratorio, conductores, promotores, administrativos, celadores, limpiadores, responsables de cada área), preparación de campañas, material de promoción, material de refrigerio para donantes, desplazamiento de Unidades Móviles, mantenimiento de autobuses, mantenimiento de las oficinas, seguros de responsabilidad civil, seguros de los autobuses, etc..

Este proceso privatizador se remonta a 2004 y es posible gracias a ley 15/1997, piedra angular del proceso privatizador en la sanidad. Las alarmas saltaron en diciembre cuando las trabajadoras de los centros de donación de sangre denunciaron que la Comunidad de Madrid había firmado un convenio con la Cruz Roja donde esta entidad privada pasaría a gestionar en exclusividad la donación en vía pública, es decir, los conocidos autobuses de donación de sangre. La Comunidad de Madrid le cedería la equipación, y pagaría 67 euros por bolsa de sangre recogida.

Es cierto que la Ley 15/1997 es la que desgraciadamente posibilita cualquier proceso privatizador de los servicios públicos. Pero este Convenio no se firmó bajo el amparo de esa Ley, entre otras cosas porque no se trata de una privatización de un servicio público, sino de un reparto de funciones entre los dos centros que operaban en Madrid. Aquí hay que destacar que el propio Decreto 44/1988 de creación del Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid (CTCM): en su Disposición Adicional Segunda dice “Se autoriza al Consejero de Salud para que firme cuantos convenios sea necesario formalizar con el Insalud y otras entidades, en orden al mejor cumplimiento de los fines que tenga encomendados el Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid.” Incluso aunque la Ley 15/97 se hubiera derogado, este Convenio podría haberse firmado

Ni encierros ni protestas lo detuvieron. Desde el mes de marzo de 2014, las bolsas de sangre donadas ya costaban 67 euros por unidad a la sanidad pública. Cada mes de 2014, Cruz Roja ingresaría 471.010 euros a cuenta. El convenio que regula ahora el servicio cedido estipula que la organización recibiría por adelantado el 95% de la mensualidad prevista, siendo el montante anual de 4,9 millones de euros.

La famosa cifra de 67 euros por bolsa de sangre donada no implica una mercantilización de la donación de sangre. Se trata de una recuperación de costes por un servicio prestado para realizar una actividad que ya venía haciendo desde 1960. Se da la circunstancia de que la Comunidad de Madrid, mediante los anteriores convenios de colaboración con el Centro de Transfusión de Cruz Roja ya obtenía componentes sanguíneos procedentes de Cruz Roja. Estos componentes tenían establecido un coste fijado por ley y publicado en el BOCAM. En la actualidad el CTCM procesa y distribuye a todos los hospitales las bolsas de sangre que Cruz Roja recoge en sus unidades móviles. Los componentes sanguíneos procedentes de estas bolsas de sangre también tienen un coste para los hospitales a los que se distribuyen. Éstos tienen que pagar al Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid un precio fijado en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid ORDEN 731/2013, de 6 de septiembre, del Consejero de Sanidad, por la que se fijan los precios públicos por la prestación de los servicios y actividades de naturaleza sanitaria de la Red de Centros de la Comunidad de Madrid.
Asimismo, es rotundamente falso que la Comunidad de Madrid pague por adelantado cualquier cantidad a Cruz Roja. Es cierto que Cruz Roja emite facturas por el 95% de la cantidad estipulada como objetivo, pero la Comunidad de Madrid nunca adelanta cantidad alguna; muy al contrario, Cruz Roja debe sufragar los gastos generados día a día hasta que pueda recuperar parte de los costes mediante el abono de las facturas por parte de la Comunidad de Madrid a los tres, cuatro, e incluso cinco meses después. Independientemente de la facturación del 95% del objetivo mensual estipulado, a final de año se produce una regularización que se ajusta al número real de bolsas extraídas.

En 2014, básicamente, la actividad estuvo dividida en dos: una para el centro público y otra para Cruz Roja. En esta fase transitoria, el Servicio Madrileño de Salud debía ceder una furgoneta y tres unidades móviles. El 1 de enero de 2015, el centro público ya se deshizo de las tres unidades móviles y la furgoneta restante, y podría dejar en la calle a unos 130 trabajadores. Se abre la puerta a la mercantilización de la sangre.

Lo que entendemos es que si a Cruz Roja se les da todos los autobuses y todo el material, como los tubos, esparadrapos, etc. y encima se les paga 67 euros por bolsa de sangre, está claro que se va a obtener beneficio.

Efectivamente, la extracción de sangre extrahospitalaria pasa a ser cometido de la Cruz Roja y la Comunidad de Madrid ha cedido para ello 6 unidades móviles y una furgoneta. Igualmente Cruz Roja ha cedido su actividad como centro de transfusión y ha tenido que cerrar sus laboratorios como consecuencia de ello. Destacar la edad media de estas unidades móviles es muy elevada y Cruz Roja ha tenido que gastar una importante cantidad en adecuarlas a sus estándares de calidad.

Es absolutamente falso que haya 130 trabajadores públicos que se puedan quedar en la calle. La Consejería de Sanidad se comprometió con el Comité de Empresa del Centro de Transfusión a no despedir a ningún trabajador del Centro de Transfusión y así ha sido. Afirmar que 130 trabajadores podrían quedarse en la calle se realiza sólo con la única intención de alentar aún más la alarma social creada por estos mismos trabajadores al tener que ser reubicados en otros centros sanitarios. Lo que sí es cierto es el incierto futuro de los 150 trabajadores de la Unidad de Extracción de Cruz Roja si el gobierno de la Comunidad de Madrid decidiera prescindir de nosotros. Ya realicé una explicación pormenorizada en el anterior artículo de lo injusto que sería tomar cualquier decisión de este ámbito sin contar con nuestros puestos de trabajo cualificados.

Por otro lado, si por la firma del convenio entre Cruz Roja y la Comunidad de Madrid se puede afirmar que "se abre la puerta a la mercantilización de la sangre", ¿por qué no se alega lo mismo para con el Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid o incluso para nuestro Centro de Transfusión durante todos los años de funcionamiento? Ahora el Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid procesa, analiza y distribuye toda la sangre. Cada vez que un hospital privado realiza una solicitud de hemoderivados, éste debe pagar por el coste fijado en el BOCAM (por ejemplo un Concentrado de Hematíes cuesta 140 euros). ¿Quiere decir ésto que la Comunidad de Madrid también mercadea con la sangre? Pues NO, rotundamente NO. Lo que lleva implícito ese importe es la recuperación de costes de todo el proceso y afirmar lo contrario es ser irresponsable.

Insisto una vez más en que la Unidad de Extracción de Sangre de Cruz Roja no obtiene ningún beneficio económico con el ejercicio de su actividad. En el enlace anterior de la Orden 731/2003 se puede observar que la sangre total está fijada en 95 euros y no 67. Es obvio que esa rebaja se produce al descontar todo el material cedido por la Comunidad de Madrid para el ejercicio de la actividad.

En todos los años que llevo aquí trabajando he aprendido que para un donante de sangre es verdaderamente difícil de entender que se hable de precio cuando él realiza una acto tan generoso y valioso como es la donación de sangre desinteresada. Por eso, me parece terrible tener que explicar lo que aquí relato. Quiero insistir en que no se trata de pagar nada por la sangre, ni que la sangre sea vendida, sino que los recursos humanos y materiales que se requieren desde que un donante acude a donar hasta que la bolsa puede ser transfundida son costosos y no son gratuitos. Ójala que todo el material necesario (bolsas, reactivos, agujas, balanzas,...) fuera donado gratuitamente por la industria farmacética y que la solvencia económica del personal que trabaja para poder hacer realidad que un paciente sea transfundido fuera tal que médicos, enfermeras, administrativos, técnicos de laboratorio, promotores, conductores, celadores, limpiadoras pudieran realizar su trabajo sin remunerar. Pero desgraciadamente esa no es la realidad, de manera que para que la cadena entre donante de sangre y receptor no se rompa, se debe establecer una cuantía que sirva para que todo pueda funcionar. 


El plan que el Gobierno de la Comunidad de Madrid diseñó en la anterior legislatura para la sanidad pública, se sostiene sobre un pilar: adjudicación a empresas privadas de los servicios. Esperamos y confiamos en que este proceso se revierta en la actual legislatura y así lo vamos a demandar y a exigir.

Que el actual gobierno de la Comunidad de Madrid tenga entre sus propuestas de gobierno la liberalización y privatización de los servicios públicos, no significa que el Convenio específico para regular la donación de sangre en Madrid firmado entre Cruz Roja y la Comunidad de Madrid se enmarque dentro del proceso privatizador. Ciertamente ha coincidido en el tiempo con su intención de privatizar lo que queda de los hospitales existentes ya con gestión privada en Madrid, pero nada tiene que ver con el mismo.

Destacar que revertir este proceso es absolutamente imposible. Para que el proceso pudiera revertirse, tendríamos que volver a la situación anterior del Convenio, es decir dos Centros de Transfusión trabajando al mismo tiempo en la Comunidad de Madrid. A Cruz Roja de Madrid nunca se le permitirá volverá a ser un Centro de Transfusión. Por tanto, sin este Convenio donde asumimos la promoción y extracción de sangre como únicas actividades o sin un proceso donde el personal de Cruz Roja quede integrado dentro del Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid, estaríamos hablando del cese de una actividad que pondría en peligro a 150 trabajadores.

Como dicho acuerdo no es público todavía, quedan muchas incógnitas pendientes. Por ejemplo, no se sabe si esa sangre se revenderá a empresas privadas como la catalana Grifols, quién gestionará la información confidencial de los donantes de sangre, o si será la Comunidad de Madrid quien pague las sentencias de los juicios en caso de contagios por transfusiones contaminadas.

Abordar la lectura de este párrafo realmente me provoca desagrado y rabia. Las dudas sembradas sobre si la sangre se revenderá a empresas privadas sólo es una maniobra despreciable para tratar de manipular a la opinión pública atentando terriblemente contra la verdad. Se realizan aseveraciones sin ningún fundamento y a pesar de señalar sus dudas, éstas se elevan casi al nivel de ser ciertas. El papel lo aguanta todo.

Haré una breve exposición, para quien no sepa lo que es Grifols. La actividad de la empresa Grifols gira alrededor de la investigación, desarrollo, fabricación y comercialización de productos derivados del plasma. Todos sus productos y servicios se destinan a la salud humana, siendo principalmente de aplicación hospitalaria. La sangre donada se fracciona a su llegada al laboratorio y se obtienen hemocomponentes que serán transfundidos o utilizados para hacer medicamentos, como es el caso del plasma. Este plasma es comprado por la industria farmacéutica (Grifols u otras) para elaborar productos derivados del mismo y sin él sería imposible la elaboración de medicamentos que protegen nuestra salud. Este plasma es suministrado por los Centros de Transfusión de España a industrias farmacéuticas, entre ellas Grifols.

Como quiera que Cruz Roja YA NO es un Centro de Transfusión y sólo extrae sangre procedente de los donantes que altruistamente quieran donarla, no tiene contacto comercial con Grífols ni con ninguna otra empresa farmacéutica. Desconozco si Grifols obtiene plasma de las bolsas de sangre donadas en Madrid porque el responsable del suministro de plasma es el Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid, pero en cualquier caso, subrayo aquí la necesidad de esos fármacos derivados del plasma para la salud de mucho pacientes, por lo que no se debe hacer demagogia también con este asunto.

Respecto  a la información confidencial de cada donante, reflejar que ambos Centros, el de la Comunidad de Madrid y el de Cruz Roja están comprometidos con la Ley Orgánica 15/1999 de Protección de datos de carácter personal. Pero el responsable de la custodia de estos datos es el Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid, propietario de la base de datos de los donantes de sangre de Madrid. Por supuesto tengo la certeza de que los profesionales del Centro de Transfusión público cumplen a la perfección con su labor de garantes de esa información.

Cruz Roja ya no tiene laboratorios donde procesar y analizar la sangre, sin embargo es parte implicada también en la seguridad transfusional a través de las entrevistas médicas a los donantes. El Centro de Transfusión público es el responsable de procesar y analizar toda la sangre que se recoge en la Comunidad de Madrid. En caso de que haya contagios por transfusiones contaminadas, se determinará mediante investigación si ha habido algún fallo de seguridad en la cadena del proceso desde la extracción hasta la transfusión. El fallo, si lo ha habido, determinará la responsabilidad de cada una de las partes implicadas, y serán los responsables de indemnizar al paciente contagiado por sangre contaminada, tal y como ha sido siempre.

Por otro lado, en noviembre de 2014, Cruz Roja, realizaba una campaña de donación de sangre, con Metro de Madrid y Coca Cola, donde se vulneró el artículo 4.1 del RD 1088/2005 en el que se define la donación como voluntaria y altruista, ya que la persona que dona sangre lo hace por su propia voluntad y no recibe ningún pago por ello. Pues bien, los que acudieron a donar recibían un Metrobús de 10 viajes, o una entrada de cine y un vale canjeable por la descarga de cinco canciones gratis al adquirir la consumición de un combo con Coca – Cola.

Una vez más tengo que hablar de una absoluta desinformación por parte de quienes se atreven a afirmar lo que se expone en este párrafo.

El REAL DECRETO 1088/2005, de 16 de septiembre, por el que se establecen los requisitos técnicos y condiciones mínimas de la hemodonación y de los centros y servicios de transfusión establece en su artículo 4 que “Pequeños presentes como reconocimiento o el reembolso de los costes directos del desplazamiento son compatibles con una donación voluntaria no remunerada”

Acogiéndose a este artículo, es una práctica habitual en los Centros de Transfusión de España y de otros países premiar con pequeños detalles al donante de sangre. Es cierto que en dicha campaña, tanto Metro como Coca-Cola quisieron colaborar obsequiando con lo que se detalla en el párrafo, pero también es cierto que por ejemplo en un Maratón de Sangre del Hospital Doce de Octubre de este año se ofrecía a los donantes que acudieran a donar sangre un sorteo donde podrían ganar los siguientes “detalles”:

·         Dos noches en un Parador Nacional
·         Una guitarra clásica Yamaha
·         Un altavoz para televisión de Sunstech
·         Entradas para el Teatro Real
·         Un aspirador vaporeto de Poltti
·         Dos edredones del Grupo Lo Mónaco
·         Una vajilla de La Cartuja
·         Un móvil
·         Un look de mujer de slow love de Sara Carbonero
·         Auriculares Sony
·         Un microondas Electrolux
·         Un reloj Puma
·         Lote 1: Reproductor DVD – Reloj despertador Sunstech
·         Lote 2: Tablet 7,85” + radio despertador Sunstech
·         Lote 2: Colgante de OPS Object + MP3 de Sunstech
·         Lote de productos de alimentación
·         Entradas para el Museo Reina Sofía

·         Monedero, billetera y neceser de Roberto Verino

Pero también puedo poner otros ejemplos de otras Comunidades, por ejemplo en Valencia, el Centro de Transfusión de la Comunitat Valenciana celebró un maratón de donación de sangre en el Instituto Luis Vives. Todos los donantes recibieron una camiseta gentileza del Centro de Transfusión de la Comunitat Valenciana, entradas de cine y palomitas gratis de los cines ABC.


En Barcelona, en el 2015 el Banc de Sang i Teixits de Catalunya en colaboración con el Ayuntamiento de Barcelona organizó una campaña de donación de sangre en diez bibliotecas de la Ciudad Condal donde se obsequió a cada donante con un libro y una rosa como reconocimiento a su altruismo.

http://www.lavanguardia.com/vida/20160418/401199253686/catalunya-sant-jordi-bibliotecas-y-editoriales-premiaran-donaciones-de-sangre-con-libros.html

Después de lo expuesto, ¿puede alguien acusar a Cruz Roja de vulnerar el artículo 4.1 del RD 1088/2005 en el que se define la donación como voluntaria y altruista?
Sólo pido un poco de sensatez y que se abandone por parte de los partidos políticos una estrategia de manipulación que focaliza sus argumentos en el aspecto emocional en lugar de lo racional.

POR TODO LO ANTERIOMENTE EXPUESTO, PROPONGO QUE SE CONVOQUEN LAS ASAMBLEAS VECINALES QUE LOS AYUNTAMIENTOS CONVOCARON PARA PRESENTARLES LA MOCIÓN CONTRA CRUZ ROJA Y QUE LES DEN LA INFORMACIÓN QUE EXPLICA CADA UNO DE LOS PUNTOS EXPUESTOS EN DICHA MOCIÓN PARA QUE PUEDAN DECIDIR DEMOCRÁTICAMENTE Y NO DE MANERA SESGADA.

Que se lleve al Pleno Municipal la propuesta de revertir su decisión de prohibir que utilicemos suelo público para estacionar nuestras Unidades Móviles.

1 comentario:

  1. Excelente argumentación. Muchas gracias. Resulta esclarecedor

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